Helis intervista Carlos Ríos, coordinatore nazionale di Nación Andaluza, movimento politico per la liberazione nazionale e sociale dell’Andalusia. Un quadro storico, un quadro della situazione politica e sociale attuale. Approfondiamo i temi dell’impegno indipendentista andaluso, sempre presente nelle manifestazioni basche o catalane, ma poco conosciuto come d’altronde le forti similitudini con la realtà sarda.
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¿De dónde nace el movimiento independentista andaluz? ¿Cuándo se empezó a debatir el tema de la cuestión andaluza?
El recorrido histórico desde la Antigüedad (con la aparición de Tartessos) ha determinado Andalucía en el presente como un marco autónomo de la lucha de clases en el que, desde la conquista castellana que va del siglo XIII al XV, aparece una resistencia popular que se opone a que nuestra tierra sea integrada en el naciente mundo capitalista y bajo el poder de la corona de Castilla.
En estos movimientos se inscribe la enorme resistencia desplegada por las moriscas y moriscos andaluces a la asimilación. Un proceso que va desde la revuelta mudéjar del siglo XIII hasta el alzamiento general de 1568 en todas las cordilleras Béticas, que tuvo en jaque durante tres años al ejército europeo más poderoso de la época, el de Felipe II.
Luego podríamos referirnos a la sublevación independentista andaluza abortada en 1641 o las “alteraciones andaluzas” de mitad del siglo XVII, antes de introducirnos en el siglo XIX, donde coinciden en su oposición a Castilla elementos nobiliarios y burgueses de resistencia al absolutismo junto con las clases populares andaluzas que siguen siendo denominados moriscos.
En todo caso el desarrollo del nacionalismo es propio de la etapa ascendente del capitalismo, y en este sentido hemos de referirnos a toda una serie de movimiento que aparecen en nuestro país, Andalucía, con la primera industrialización. En ellos antes que una teorización política hay una praxis que insiste en la necesidad de recuperar un modelo andaluz de desarrollo autocentrado.
Por eso en 1822 el diputado cordobés José Moreno Guerra propone una república andaluza independiente. Luego vendrá la Junta Central Soberana Suprema de Andalucía que en 1835 proclama su soberanía ante el Estado español. Además toda una serie de movimientos durante este siglo que culminan en lo que llamamos la revolución Cantonal de 1873 y 1874. Una insurrección limitada prácticamente a Andalucía y los Países Catalanes que tiene en Andalucía un carácter específico.
Por eso el Manifiesto de los Federales Andaluces proclama nuestra independencia en Sierra Morena el 21 de julio de 1873: “En Despeñaperros, histórico e inexpugnable baluarte de la libertad, se enarboló ayer, por las fuerzas federales que mandan los que suscriben, la bandera de la independencia del Estado Andaluz”.
Unos años después se redacta la Constitución Federal de Andalucía, en 1883. Una Constitución pensada para una Andalucía de estructura confederal en torno a la federación de sus cantones (lo que ahora llamamos comarcas) y estos formados por municipios andaluces asociados. En ella se recogen algunos derechos que aún hoy las andaluzas no tenemos, como el derecho a “la creación y fomento de cajas de resistencia” obrera. También reconoce “El derecho de propiedad limitado por los derechos sociales” o prohíbe que se privaticen las propiedades publicas.
Ya a principios del siglo XX aparece el andalucismo. Un movimiento que va a tener dos líneas políticas. Una burguesa, conservadora, españolista y que se opone, por ejemplo, a la reforma agraria, personificada en José Gastalver. Otra revolucionaria, anticapitalista y que apuesta por la República Andaluza o Estado Libre de Andalucía y está muy vinculada al movimiento obrero, la que dirige Blas Infante. Nuestro partido, Nación Andaluza, nos alineamos con el andalucismo revolucionario de Blas Infante.
¿Qué representa Blas Infante para Andalucía y para vosotros?
Blas Infante Pérez es el ideólogo y animador del andalucismo revolucionario del primer tercio del siglo XX. Para nosotras constituye un ejemplo. Nación Andaluza se considera continuadora del movimiento revolucionario de liberación por él iniciado. Su vida fue una lucha perenne por una Andalucía soberana y socialista.
Blas Infante siempre consideró que la base social del andalucismo, que las llamadas a encabezar la liberación nacional y social, era el Pueblo Trabajador Andaluz y no la burguesía a la que consideraba la menos andaluza de todas las clases en nuestro páis.
Apoyó incondicionalmente la Reforma Agraria y rechazó la propiedad privada de la tierra que consideraba contraria a los intereses del Pueblo Andaluz. Infante se identificaba inequívocamente con la aspiración a una sociedad nueva, una sociedad comunista donde incluía en un modelo propio donde incluía algunos elementos libertarios. También consideró necesaria la liberación de la mujer, condenando “aquellas bárbaras leyes que en nuestros códigos civiles esclavizan a la mujer”. Critica a la Iglesia católica por poner en tela de juicio si las mujeres tenían alma o no, condena las leyes que impide el sufragio femenino su derecho al voto así como a la ley penal que otorga al hombre ventajas patriarcales. Su asesinato la noche del 10 al 11 de agosto de 1936 por las tropas franquistas es una muestra del odio que le profesaba la oligarquía andaluza.
Nación Andaluza, como organización que lucha por la independencia, el socialismo y el fin del patriarcado, aspiramos a continuar desarrollando sus tesis políticas un siglo después. Es lo que denominamos el “socialismo infantista”, la concreción en Andalucía de una sociedad organizada de manera totalmente nueva.
¿Qué problemáticas sociales, económicas y políticas afronta hoy Andalucía?
La principal contradicción en la sociedad andaluza es entre el desarrollo de las fuerzas productivas andaluzas y la economía capitalista, de carácter marcadamente extractivo, que impide su desarrollo.
Los salarios andaluces son de los más bajos del Estado y cualquier periodo de crecimiento de la economía en Andalucía está ligado a un crecimiento de la dependencia del tejido productivo andaluz, acorde con el papel que juega Andalucía como economía extractiva en el ámbito estatal, europeo y mundial.
Nuestro papel de colonia interior se plasma en la continua transferencia de plusvalías desde Andalucía hacia las naciones industrializadas. Transferencia que es compensada por la burguesía aumentando la sobreexplotación de la clase trabajadora andaluza de tres maneras distintas: mediante la superexplotación, el aumento de la jornada de trabajo y el establecimiento de salarios por debajo del coste de reproducción de la mano de obra. Este proceso es antiguo pero la burbuja inmobiliaria de principios de siglo XXI y el hundimiento económico posterior han producido una profundización en él.
Ha habido un aumento de la dependencia y especialización del modelo agrícola, en el crecimiento del monocultivo del olivar o el algodón, en un aumento del endeudamiento del pequeño y mediano agricultor andaluz. La desindustrialización de Andalucía (que empezó en 1870) continúa. Y la industria que crece es la más contaminante vinculada fundamentalmente a la petroquímica dando lugar al llamado “triángulo del cáncer” (Huelva -Sevilla-Algeciras) donde se dan unas altas tasas de enfermedades oncológicas. El sector turístico es la única opción laboral para millones de andaluzas y andaluces que tienen que asumir jornadas de trabajo interminables -muchas veces en negro- con sueldos miserables, siempre sometidos a la temporalidad.
Andalucía, ademas, es un basurero para el Estado español y la Unión Europea. Tenemos el único cementerio nuclear de la península Ibérica en El Cabril, a pesar de que en Andalucía no hay ninguna central nuclear. En Nerva se localiza un vertedero de residuos tóxicos que acumula que acumula miles de tonaladas de residuos no solo del Estado español, sino del Estado italiano, Montenegro…
El panorama político andaluz reciente ha estado condicionado por la irrupción en todas las instituciones municipales y andaluzas de la ultraderecha.
La especialización de Andalucía en la agricultura en virtud de la división internacional del trabajo y la caída de la rentabilidad de los precios agrarios en el mercado mundial han producido las condiciones para que aparezca la extrema derecha en nuestro país. Nuestro papel como productores agrarios de tomates, pepinos o pimientos a bajo coste (la “despensa de Europa” nos llaman) requiere de unas condiciones de superexplotación de la clase trabajadora andaluza de origen inmigrante. Para justificarla es necesario socializar altas dosis de racismo, españolismo y autoritarismo que justifiquen dicha superexplotación y permitan así sostener las tasas de ganancia de la patronal.
Otros sectores económicos de peso en nuestro país como el inmobiliario ha tenido un carácter puramente especulativo. La construcción no ha servido para aliviar las necesidades de vivienda de miles de andaluzas sino para hacer grandes lavados de dinero negro de mafias locales y foráneas, a costa de la apropiación privada de los recursos naturales andaluces.
Esta situación de subdesarrollo andaluz relativo que he esbozado es necesaria para prolongar la colonización y la dependencia política de Andalucía. El estado español, la Unión Europea y el imperialismo necesitan una Andalucía en la que no haya expectativas para nuestro pueblo más allá de servir a sus propósitos.
¿Qué analisis haceis de la globalización capitalista y qué representa el independentismo en un mundo globalizado?
Para Nación Andaluza la globalización es una manifestación de la última etapa del imperialismo, que es el capitalismo en su etapa senil. Esta etapa ha venido acompañada de un enorme desarrollo de las nuevas tecnologías que está sirviendo, fundamentalmente, para prolongar la hegemonía estadounidense y acentuar el empobrecimiento de los pueblos. En 2019 la mitad de la humanidad representaba menos del 1% de la riqueza global mientras que el 10% de la humanidad posee el 82% de la misma.
Por la situación geopolítica de Andalucía en el estrecho de Gibraltar (una de las dos entradas al mar Mediterráneo), así como la presencia de dos bases militares de Estados Unidos (Rota y Morón), una del Reino Unido (Gibraltar) y la base española de Viator la independencia de Andalucía es una cuestión internacional de primer orden frente a la que se sitúa la oligarquía no solo estatal, sino también el imperialismo estadounidense.
El independentismo andaluz -y los movimientos de liberación nacional en general- es un movimiento de resistencia a estas dinámicas que aspira no sólo a la independencia nacional, a un modelo de economía planificada democráticamente y a una sociedad feminista dentro de nuestras fronteras. Es nuestro derecho como Pueblo Andaluz aspirar a un mundo sin agresiones imperialistas, a un Mediterráneo que sirva -por ejemplo- para estrechar lazos entre Andalucía y Cerdeña, y al desarrollo armónico de todos los pueblos del mundo lejos de la barbarie capitalista.
¿Cómo se posiciona la izquierda española con respecto a la independencia?
La izquierda española es un freno a las legítimas aspiraciones nacionales de Andalucía o de cualquier otra nación dentro del Estado español.
Lo comprobamos en los años 30 del pasado siglo cuando hizo todo lo que pudo por obstruir el proceso autonómico en Andalucía y lo hemos podido ver en el caso de Catalunya hace bien poco. Además, dada la inestabilidad estructural de régimen español del 78 y el empuje de Catalunya, se ha reforzado una tendencia preexistente a la recentralización del Estado de la que la izquierda española es partícipe. La crisis del Estado español se ha hecho insostenible y la izquierda estatalista hace todo lo posible por sacar de ella al estado. Los problemas estructurales del Estado español siguen agravándose: baja productividad, elevada deuda pública, fallas en su política neocolonial en América Latina… Mientras la izquierda española solo aspira a ser una pata del gobierno español.
El gobierno de progreso de PSOE/UP ha aprobado leyes represivas como la Ley de Seguridad Digital, obstaculiza cualquier investigación sobre las actividades de los Borbones, no va a reformar ni siquiera la reformas laborale de 2012 en su integridad, ha aprobado la ampliación de la base militar estadounidense en Rota… Nada va a cambiar para Andalucía de la mano de la izquierda estatal. Las posiciones estatalistas, patriarcales y de defensa del modo de producción capitalista se solapan en el Estado neofranquista español conformando un rodillo que aplasta a las andaluzas.
¿Andalucía, Cerdeña, Catalunya y Còrcega pueden liderar un Mediterráneo más justo y ecológico. Como puden colaborar juntos?
En Nación Andaluza pensamos que sí. El mar Mediterráneo esta experimentando una militarización creciente. El mar de Enmedio -como lo denominan los pueblos mediterráneos de lengua árabe- se ha convertido en un patio trasero del imperialismo estadounidense y las oligarquías europeas. En lo que llevamos de siglo XXI hemos podido ver como en sus orillas se han derrocado gobiernos y ha sido escenario de unas cuantas guerras. Por no hablar de la continúa agresión sionista a Palestina.
Ante esta situación que nuestros movimientos de liberación se conozcan y establezcan espacios de colaboración, encuentro y coordinación pensamos que es fundamental. Por eso agradecemos este espacio que nos brindais en Helis, para que en Sardegna puedan conocer algo más de lo que ocurre en Andalucía.